La Reforma de Dios en el Corazón del Hombre
Un monje
agustino, levanta una protesta de carácter religioso. Hecho que encontró rápida acogida en el pueblo.
Dando lugar al inicio de la mayor controversia conocida en la historia de la
Iglesia. Martín Lutero, no pensó que ese acto cambiaría la historia. Doctor en
teología, no un carismático agitador de masas, ni político, sin embargo movió a
los hombres en base a su fuerte convicción cristiana, al honesto reconocimiento de su necesidad de Dios y la
certeza de que la salvación se obtiene por la exclusiva obra redentora de
Cristo, lo que descartaba la estructura jerárquica y sacramental de la Iglesia
de la Edad Media.
Esto ocurrió
en una época en que la situación religiosa y económica de Alemania era crítica.
Los impuestos, pago de diezmos y derechos al clero, el cuestionado manejo de
los asuntos clericales por la curia papal, la dudosa moral de los clérigos. El
campesinado estaba en constante agitación por la problemática económica. Se
sumaba el crecimiento de la filosofía humanista alemana, en abierta
confrontación con el sector conservador de la iglesia. Surgía fuertemente la
conciencia de la salvación por fe, y el conocimiento de las Escrituras. Estas
situaciones y otras, conforman el
escenario que recibió la denuncia de Lutero y así, el inicio de la Reforma
Protestante del siglo XVII.
¿Que origina en el corazón de
este monje sus grandes inquietudes? A saber;
El estudio de la Biblia, la oración, su incansable búsqueda de la verdad
de Dios referente a la salvación del alma.
¿Qué nos inquieta a nosotros hoy? ¿Estará en la conciencia la trascendencia, la
existencia de Dios, la obra de Cristo, el pecado, la paz interior, la salvación del alma?
Asume usted, que; estas
interrogantes tienen que ver con su vida,
con su realización personal, que el saber su lugar en el mundo como el
destino eterno, le da real sentido a su vida.
De pronto como Lutero es necesario reflexionar, y no aceptar todo como un dogma frente al cual
nada se puede hacer. “Dios todo lo hizo
hermoso en su tiempo, y puso eternidad en el corazón del hombre”, no
podemos eludir la realidad, el ser humano es trascendente, Dios le hizo
espiritual a fin de darle autonomía, que
sabiamente utilizada le conduzca hacia su Creador, y eso se puede lograr cuando
decidimos reformar nuestra vida frente al trato injusto que nosotros mismos le
damos al no reconocer la profunda necesidad que tenemos de Dios.
¿Será tiempo
de detenernos?, reflexionar en la motivación de nuestra lucha, de nuestra
defensa, de nuestra protesta, estará siendo el eje de nuestra cosmovisión el
Señor, o como Adán hemos vuelto a cambiar el motivo y centro de nuestra
existencia y adoración, cuya base debiera ser la fe. La Iglesia hoy necesita
una reforma, no en sus bases teológicas,
administrativas, en buscar allí derechos
y/o privilegios, las tesis están escrituradas, solo debes clavarlas en tu corazón. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él, y el conmigo” Apoc.3.20
Lutero,
fiel monje, aceptó con humildad la severa vida monástica; no encontró paz para
su alma. Le acusaba su sentido de pecado, en esta dura escuela aprendió que:
La Verdadera penitencia no
empieza con el temor al castigo de Dios, sino con conocer el amor de Dios”, el que se nos muestra admirablemente a través
de la obra vicaria de Cristo entregando su vida inocente para salvar
eternamente al culpable. Así la reforma, o la transformación del corazón humano
se hace realidad cuando se acepta de verdad el señorío de Cristo en toda
contingencia de la vida.
Pastor Ricardo Sandoval
Presidente Distrito Sur ACyM.