lunes, 26 de marzo de 2012

Lo Bueno y Lo Malo



     Vemos a nuestro alrededor cada día cosas que a pesar de todo aún sorprenden a muchos, y tiene que ver con la creciente ola de violencia que está presente ya en todos los ámbitos de nuestra sociedad y  de la cual somos todos testigos. El terrorismo ya no sólo enmarcado dentro de lo político. Cuándo podríamos haber imaginado que a la entrada de los colegios se registraría a los alumnos por si alguno portaba algún tipo de armas, que mujeres separadas necesitarían protección legal por la amenaza de sus ex maridos, que personas serían agredidas con sorprendente violencia por el sólo hecho de ser diferentes, o de merecer la pena de muerte por llevar una religión distinta a la que “debiera ser”.

     Indudablemente algo no está bien, ¿De dónde surge todo esto? Al observar con detención “Las Sagradas Escrituras”,  con convicción podemos indicar que el ser humano no tiene claridad respecto de dónde están los límites del bien y el mal. Y aunque ya parezca no válido para nuestra época, el “Autor de la vida”, le indica a su criatura que: “Hay camino que parece derecho al hombre. Pero su fin es camino de muerte”. Y como el ser humano rechaza orgullosamente las instrucciones del Creador, propone sus propias definiciones de lo bueno y lo malo, las cuales están generalmente supeditadas a las circunstancias, y/o al solo “instinto humano”, el cual por un mínimo de lógica no puede ser fuente de información valórica, ni menos aceptarse que en este campo se actúa en razón de lo que cada uno piensa que debe ser, pues todo esto es lo que nos está llevando a vivir en un mundo violento y abusivo, más aún cuando los medios sociales exaltan la violencia y el sexo libre y abierto como algo bueno. Esto es simplemente “pecado, el apóstol Juan indica; “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción a la ley”, lo que significa que a los ojos de Quien nos creó; el pecado es ilegal, y el ser humano no está  calificado para determinar que es bueno o que es malo, eso ya está  legislado por Dios. Es bien difícil reparar algún artefacto sólo por instinto o por criterio propio. El ser humano está deteriorado, nuestro convulso mundo lo evidencia, es necesario hacer ajustes y repararlo, el manual existe, ha sido dispuesto para nuestra consulta, estudio y reflexión: “Lámpara es a mis pies tu Palabra. Y lumbrera a mi camino”. El aceptar y cumplir los decretos de Dios es lo que nos conducirá por sendas correctas, las leyes del Señor son inmutables, no cambian, en cumplirlas hay ciertamente garantía de justicia, como de paz para una convivencia tranquila y segura.

Ricardo Sandoval Díaz
Pastor 
3ª Iglesia Alianza Cristiana y Misionera
Valdivia


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