Ojo Con La Oración... del pastor Néstor Marabolí T.

“Orad sin cesar”

1Tesalonicenses 5:17

     De manera muy enfática y clara, San Pablo, casi al terminar su primera epístola a los hermanos de Tesalónica, lanza este llamado y exhortación:  “Orad sin cesar”. Poniendo de este modo a la oración como algo esencial en la vida cristiana, como algo inherente a la vida de fe, y no sólo en el ámbito privado, sino también en la vida congregacional. No creo que haya cristianos que cuestionen este aspecto de nuestra vida; Jesús lo enseñó, fue trascendente y distintivo de la vida de los grandes hombres de fe, los salmos hablan poética y maravillosamente de la oración, está en la Biblia de tapa a tapa. No obstante, paradojalmente, con ser una enseñanza tan clara y transversal, suele ser también una de las áreas de la vida cristiana más olvidada y postergada, suelen ser las reuniones de iglesia menos concurridas o las que se preparan con menos dedicación (Obviamente al señalar todo esto estoy generalizando). Por otro lado, tengo la impresión de que en la vida de Iglesia hablamos mucho de oración, parece ser que las reflexiones bíblicas más rápidas que hacemos son sobre la oración y, obviamente, jamás se nos atrevería a oponernos a un programa de oración porque sabemos que tendríamos inmediatamente el repudio justo de nuestros hermanos en la fe.

     No obstante, los que verdaderamente creemos en Cristo, no podemos decir sí a todo lo que venga bajo el título de oración, no podemos aprobar cualquier práctica que acompañe la oración. Nuestra sociedad actual de, algún modo, ha ido adoptando un lenguaje mucho más religioso, ha adoptado prácticas que son propias de la vida de fe y así ha dado, a su propia vida, un esmalte de religiosidad (espiritualidad) y cristiandad, pero más bien al estilo fariseo. Así, enfrentamos hoy una sociedad polarizada; por un lado, un gran segmento se enfrasca en este nuevo lenguaje religioso elevando su vida moral (sin necesariamente reconocer a Cristo como Salvador y Señor) y por otra parte, en el otro polo, los que se pervierten cada día más en inimaginables y reprochables conductas. El segmento más admirable es el religioso, que permea los programas de televisión y allí radica el principal problema que llega a afectar a la cristiandad, cuando comenzamos a aceptar el sincretismo, que no es otra cosa que un engaño de Satanás, para pervertir las verdaderas acciones de la fe, y como siempre, sacar la mente y el corazón del los cristianos del centro que debe ser Cristo y no otro.

     Hoy en día, una de nuestras prácticas más atacadas por este sincretismo es, sin duda alguna, la oración. Y me permito mostrar, al menos tres de las formas más comunes de atacar la oración o desvirtuarla sacando el centro de Cristo:

   
1.  Se ha fijado Ud. cuántas cadenas de oración se invocan desde la televisión acompañada de alusiones a “enviar a través de la oración buenas vibras”, “mientras más seamos los que estemos juntos en oración tal o cual enfermo sanará porque recibirá nuestras intenciones”, “si somos muchos los que unimos nuestros corazones en oración tendremos más fuerza”. Esta práctica y esta promoción de la oración no es más que la mezcla de prácticas de la Nueva Era y la metafísica, que nos hacen olvidar que la oración es un medio y que en sí no posee poder alguno, sino que el único poder radica en Dios mismo, Quien, por el nombre de Cristo, responde nuestras oraciones.  A veces los cristianos están más pendientes de que no se corten sus cadenas de oración, de que haya mucha gente orando, que de pedir a Dios con fe y como conviene. (He. 11:6; Stgo. 4:3) 

  2. Otra práctica de los tiempos actuales es poner cierta música relajante, que acompañe nuestras oraciones, y que a la vez nos permitan desconectarnos de nuestro entorno para concentrarnos en la oración, porque así nuestras oraciones recibirán mejores y más rápidas respuestas. Casi puedo ver a los discípulos en medio de la tormenta en la barca acudiendo a Jesús para que calme la tempestad, no había música, no estaban desconectados del mundo, antes bien, estaban muy asustados, temerosos, creían que iban a morir, aun se sentían algo molestos con el Maestro (Mr. 4:35-41). Sin embargo, con todas sus angustias acudieron a Jesús y recibieron respuesta inmediata. Cuando vamos a Jesús en oración, lo hacemos porque sabemos que sólo Él puede quitar nuestras cargas y angustias, a veces son tantas nuestras cargas o tristezas que ni las palabras sabemos ordenar, pero no por eso dejamos de recibir Su respuesta. Es más el mismo Señor nos invita “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados…” y nos asegura “…y yo os haré descansar” (Mt. 11:28). Estas formas de buscar relajarnos a través de tal o cual música, sacan el foco de Cristo para mostrarnos que esa paz que anhelamos la encontramos no en Cristo, sino en la música y el ambiente de media luz que muchas veces se promociona, pero la realidad es que sólo Cristo da descanso verdadero y duradero a nuestras almas afligidas.

   3.  Una vieja práctica que se infiltra como piadosa es divinizar ciertos métodos o formulas de la oración llegando a darles exclusividad como “el método al cual Dios responde”. Así se impone en este tiempo “la oración por cuarenta días o los 40 días con propósito y todos sus derivados”, la base es que en la Biblia se ve el éxito después de ciertas cuaresmas; los 40 días del diluvio, los 40 años de Moisés en Madián, los 40 días que Elías huyó, los 40 días de Jesús en el desierto, etc, etc. De aquí sale lo que llega a ser casi una fórmula mágica 40 días de oración intensa traerían una respuesta mayor que cualquier otro periodo o fórmula de oración. Daniel no sabía esto o no le dio importancia, porque la Biblia señala que él oraba 3 veces al día (Dn. 6:10), y el apóstol Pablo oró 3 veces respecto a un aguijón en su carne (2 Co. 12:8). Aunque, en honor a la verdad, debo decir que algunos promueven este método ya que los judíos oran tres veces al día con el rostro hacía Jerusalén. Lo que no llegan a decir los promotores de los “40 días” es que ellos creen que, en el día 40 se rompe una barrera espiritual que aseguraría el éxito. Esto es parte de una rara doctrina de guerra espiritual, es la misma base que usan los maestros de yoga para decir que en 40 días el cuerpo cumple un ciclo de vida y se purifican los cuerpos de las impurezas del mal, los sicólogos dicen que en 40 días se pueden formar hábitos duraderos y también, destruir hábitos dañinos, hay dietas que duran 40días y que promueven este cambio y purificación del cuerpo, también se hace con el nombre de Beelzebú y los ciclos de vida de las moscas una analogía que asegura victoria en 40 días. No seamos ingenuos, no es inofensiva esta doctrina, tiene un trasfondo religioso ocultista mucho más poderoso que el sólo hecho de seguir ejemplos bíblicos.

     La verdad de todo es que la numerología en la Biblia se presta para todas estas cosas, algunos hablan de la importancia del 5, otros del 12, otros del 11, otros del 7, el 40, etc. Todos métodos que sacan nuestros ojos de la Sangre de Jesucristo que es la única fuente de victoria de la Iglesia y que no puede ser reemplazada por ningún método ni necesita ser ayudada con ninguna fórmula mágica porque su sangre por si sola garantiza la victoria.

     Es necesario hermanos que dejemos de confiar en métodos humanos y reconozcamos que el Señor tiene una relación personal y particular con cada uno de nosotros, un trato individual como de Padre a hijo, y que nuestras experiencias personales no pueden traspasarse como formulas mágicas, necesitamos reconocer que no hay poder en la oración, porque ella es sólo un medio de comunicación, el verdadero poder radica en la sangre de Jesucristo que nos abrió el acceso al Trono de Gracia de donde viene el oportuno socorro (He. 4:16).

     Los pastores tenemos un llamado aún mayor, y somos más responsables aún, porque somos enviados a cuidar el rebaño del Señor (Hch. 20:28), en este sentido cuidar la salud de nuestras congregaciones siendo previsores, cuidando que el enemigo no nos sorprenda y/o descubriéndolo cuando se viste de ángel de Luz (2 Co. 11:14). Los tiempos que vivimos son de gran sincretismo, Satanás hace sus últimos movimientos antes que Cristo retire su Iglesia, que no nos encuentre durmiendo, ni nos engañe, sino velando y confiando, solamente, en Aquel que es poderoso en guardarnos (Jud. 24)

Néstor Marabolí Tenorio

Pastor
Iglesia Alianza Cristiana y Misionera
Frutillar

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